Mi Nombre es Khan Y no Soy Terrorista
Hola amigos/as, Una de las mejores peliculas de la historia seguramente, donde nos muestra el poder del amor y lo que podemos lograr solo con el, si no la han visto los invito a verla, el enlace es de Youtube y actualmente la pueden ver desd esta web o directamente desde el portal de Youtube.com
El film indio retrata el drama del síndrome de Asperger y a la vez hacer un boceto sociopolítico con la comunidad musulmana e hindú residente en EEUU, aportando la consabida dosis de humor, drama y sentimientos.
El protagonista, Rizvan Khan nació diferente en la India. Pero el amor y la sabiduría de su madre le suministraron las herramientas para defenderse y hacerse un lugar en el mundo. Y vaya que lo logró en un mundo tan diferente como la occidentalísima San Francisco. Todo aquel que lo viera por la calle simplemente diría de él: es un enfermito. Pobrecito. Y al conocer de su raíz musulmana, dirían, cuidado, es peligroso, un terrorista.
El protagonista, Rizvan Khan nació diferente en la India. Pero el amor y la sabiduría de su madre le suministraron las herramientas para defenderse y hacerse un lugar en el mundo. Y vaya que lo logró en un mundo tan diferente como la occidentalísima San Francisco. Todo aquel que lo viera por la calle simplemente diría de él: es un enfermito. Pobrecito. Y al conocer de su raíz musulmana, dirían, cuidado, es peligroso, un terrorista.
Para completar el cuadro, una de las características de la enfermedad de Asperger exhibe una excesiva literalidad de las palabras, sin dobles sentidos. El protagonista pone siempre el mayor cuidado a lo que le dicen y piden; de esta forma lo que está bien y lo que está mal, vuelven a ser fácilmente resueltos por él con una ecuación simple. Él sí es un hombre simple. Sus palabras lo dicen, sus acciones más. Él es coherente y honrado.
El personaje cuestiona concisamente a nosotros los que nos creemos normales; los occidentales, los avispados, los dueños de la moral planetaria. Creemos ser “sencillos” para distinguir a unos de otros, lo bueno de lo malo. Pero nuestra sencillez no lo es en verdad; es más bien, superficialidad. Y ligereza. Nos es imperioso capturar a las personas con sus características más perceptibles: estereotiparlas, catalogarlas, etiquetarlas, rodearlas de un halo. Lo que pasa es que eso nos da una estúpida sensación de poderío, de supremacía sobre aquel que es diferente a la mayoría. Nuestra superficialidad amilana nuestros temores de supervivencia más primitiva.
Sin mas preambulo, disfrutenla...



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